
Los derechos y obligaciones del arrendador
El papel del arrendador, como propietario de un inmueble arrendado a través de un contrato de arrendamiento, está regulado por normativas estrictas tanto en España como en Francia.
Los derechos del arrendador
El arrendador, en virtud de las obligaciones que asume, goza de ciertos derechos que le permiten garantizar la rentabilidad de su inversión y una adecuada gestión de sus bienes inmobiliarios.
En primer lugar, el arrendador tiene derecho a recibir la renta pactada en el contrato de arrendamiento. Esta cantidad puede ser revisada anualmente conforme al índice de referencia de alquileres, siempre que dicha revisión esté contemplada en el contrato. Asimismo, tiene derecho a percibir el alquiler en la fecha estipulada y, en caso de retraso en el pago, puede aplicar penalizaciones o iniciar un procedimiento de reclamación que incluso podría culminar con la resolución del contrato de arrendamiento.
Además, el arrendador tiene el derecho de rescindir el contrato y recuperar la posesión de la vivienda. Esto puede darse, por ejemplo, si necesita el inmueble para uso propio o para venderlo. Sin embargo, dicha notificación debe cumplir con requisitos legales específicos, incluyendo los plazos, las formas y los motivos exigidos por la normativa.
En casos de incumplimiento grave por parte del inquilino, como el impago de la renta o la generación de daños significativos, el arrendador puede recurrir a los tribunales para solicitar la resolución del contrato y el desalojo del inquilino. Este procedimiento requiere de asesoramiento legal ya que está sujeto a estrictas reglas diseñadas para proteger los derechos del arrendatario. Por ejemplo, en Francia, la llamada tregua invernal no permite expulsar a un inquilino durante los meses de frío intenso.
Las obligaciones del arrendador
El arrendador debe cumplir con una serie de obligaciones legales que garantizan el derecho del inquilino a disfrutar de la vivienda de forma tranquila y adecuada.
Entre estas obligaciones se encuentra la de proporcionar una vivienda digna, lo que implica que el inmueble debe ser seguro y saludable, además de contar con un espacio habitable suficiente. Asimismo, el alojamiento debe estar exento de riesgos para la salud o la seguridad del inquilino, y debe incluir los equipamientos esenciales como una instalación eléctrica que cumpla con la normativa, servicios sanitarios adecuados y acceso a agua potable.
El arrendador está también obligado a realizar las reparaciones necesarias para mantener la vivienda en buen estado. Estas reparaciones incluyen tanto las estructurales (como el techo o las paredes) como las derivadas de daños no atribuibles al inquilino.
Otro aspecto clave es garantizar el disfrute pacífico de la vivienda. El arrendador no puede acceder al inmueble sin el consentimiento del inquilino, salvo causas tasadas. Si se proyectan obras en el inmueble, el arrendador debe informar previamente al inquilino y procurar minimizar las molestias que estas puedan ocasionar.
El incumplimiento de estas obligaciones puede derivar en sanciones legales, ya sea a instancias del inquilino o de las autoridades competentes.
El papel del abogado en relación con los derechos y obligaciones del arrendador
Un abogado puede asesorar al arrendador sobre los derechos y obligaciones que correspondan a su situación específica. Un despacho de profesionales ofrece tanto servicios de abogacía preventiva que eviten potenciales litigios futuros, por ejemplo, mediante la redacción o revisión de contratos de arrendamiento, como servicios de representación legal en caso de negociación o litigio con los inquilinos.
Contar con el apoyo de un abogado permitirá al arrendador tomar decisiones informadas y actuar conscientemente de acuerdo a sus intereses. En BCV Lex, nuestros equipos de Burdeos y Madrid están a su servicio y intervienen en toda Francia y España para defender sus intereses.